Texto de la poetisa Lucía Aldao. 2009.
No es impropio de la belleza el delegar en un elemento externo para que la complemente. Así nace entonces el tocado como guinda, celebrando la coherencia que supone acabar la casa por el tejado. Y es que hay ideas que adornan fiestas, y bodas... y de la misma manera adornan también la vida otorgándole un nuevo significado a palabras de lujo como originalidad, estilo, o encanto. Justo en esa sensibilidad sencilla y escandalosa aparecen las valientes, las del tocado por montera, sin rendirse a la moda ni al demodé... porque la verdadera tendencia es la de la necesidad de sentirnos guapas, independientemente de la bandera bajo la que hayamos querido situar los gustos que nos definen. Nadie ha sabido jamás definir la elegancia, pero está claro que Sonsoles la concibe artísticamente, con dignidad de cabeza bien alta y gran respeto por la belleza. Efectivamente, la mejor de las guindas. Tocado... y a flote.
Lucía Aldao
Lucía Aldao